“Lo malo de las adicciones es que nunca acaban bien, llega un momento en el que lo que nos ponía eufóricos deja de hacerlo y empieza a doler. Dicen que no superas tu adicción hasta que tocas fondo, pero ¿cómo sabes que lo has tocado? Porque por mucho que algo te duela, a veces dejarlo duele aún más.”
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